Acerca de
Videmonte

A nadie se le niega el pan y el agua. Y en Videmonte, tierra nacida del arte de acoger a los que más lo necesitan, nadie pasa hambre ni sed.

Cuenta la leyenda que el pueblo de montaña, cercano al punto más alto del municipio de Guarda (el hito geodésico de Cabeça Alta, a 1.287 metros de altitud), tuvo su origen en un episodio de sencilla hospitalidad: un noble acogió en su Monte a los habitantes de la vecina localidad de Vide (donde asistía a misa los domingos), cuando ésta fue atacada por una plaga de hormigas gigantes, que incluso mataron a algunos niños. De la fusión surgió Videmonte.

Hoy, las normas de un buen anfitrión dictan que a ningún visitante le falte agua ni pan. El preciado líquido brota de las fuentes de la tierra. Y el ciclo del pan -desde el cultivo y la cosecha del centeno, hasta la molienda de la harina y la cocción en horno de leña- está en la naturaleza del lugar, que también se asocia al pastoreo y al cultivo de castañas y patatas.

Apenas quedan señales de los más de 20 molinos de agua que antaño rodeaban Videmonte. Pero entre las casas de esquisto y granito, el horno comunitario sigue funcionando, sobre todo durante el Festival del Pão Nosso, que se celebra todos los años y combina música, teatro, talleres y exposiciones etnográficas con la degustación de manjares locales. Allí se pueden saborear productos como bolas de agua, aceite de oliva y carne, queso Serra Estrela y... el infaltable pan, elaborado con centeno de las tierras altas del pueblo, que no se le niega a nadie.