Aquí estamos hablando no de una sino de dos Teixeiras: la de arriba y la de abajo. Una pelea entre pastores los separó. Sin embargo, no pudo separarlos. Hoy siguen conectados, compartiendo ritos, tradiciones y herencia, como si nunca hubieran dejado de ser el mismo lugar.
La historia cuenta cómo en aquel valle de Ribeira de Teixeira, rodeado de bosques de pino marítimo, retamas y madroños, y habitado desde tiempos inmemoriales por pastores, un altercado entre homólogos dio origen a dos pueblos homónimos. Pero también cuenta cómo nunca dejaron de conectarse, a lo largo de los caminos que conectan el Centro de Teixeira de Cima con la Capilla de Nossa Senhora da Conceição de Teixeira de Baixo.
Esta ruta peatonal (la Rota da Missa) permite reconocer las casas de esquisto y los campos de cultivo en terrazas, habituales en la naturaleza de la región. Sin embargo, ninguna visita está completa sin probar el típico brandy de medronho de Teixeira. Un brindis con ella probablemente será la mejor forma de acabar con cualquier enfado.