Acerca de
Sazes da Beira
Hay una historia que contar bajo los campos de brezos, carquejas y pinos marítimos que rodean Sazes da Beira. Sí, una parte importante del pasado del pueblo del municipio de Seia se vivió bajo tierra: en lo profundo de las montañas, cientos de hombres dedicaron su vida a la exploración del tungsteno.
Todo indica que las minas de Sazes da Beira ya eran utilizadas por los romanos, en el siglo V a.C., pero fue durante la primera mitad del siglo XX, especialmente con la búsqueda de metales para la producción de armas, durante la Segunda Guerra Mundial. Guerra: esa exploración alcanzó su punto máximo, catapultando al pueblo a su pico económico y demográfico.
De aquella época sólo quedan innumerables huellas, visibles para quienes recorren la Ruta Wolfram, en comunión con la naturaleza. Hacerlo es también una excusa para pasear por el pueblo de esquisto, deteniéndose para observar la Iglesia Matriz (1731) y las capillas de Santa Eufémia (siglo XIX) y Senhora do Mont’Alto (1906).