Acerca de
São Jorge da Beira
"La aldea aparece de repente entera, lanzada ladera arriba como si hubiera tenido grandes planes para ascender y le hubieran faltado fuerzas al primer impulso": así describía José Saramago el impacto visual de la llegada a São Jorge da Beira (desde Panasqueira) en su "Viaje a Portugal". Pero, en realidad, a los habitantes de São Jorge da Beira nunca les faltó fuerza.
Sí, hizo falta fuerza -y ambición- para cambiar, una y otra vez, el destino del lugar antaño conocido como Cebola (porque estaba muy cerca del Pico da Cebola, el punto más alto de la Serra do Açor). A finales del siglo XIX, los habitantes de esta antigua aldea de pastores, carboneros y herreros (que se cree que existe desde la ocupación musulmana de la Península Ibérica) se atrevieron a pedir al municipio de Covilhã que se convirtiese en una parroquia independiente, abandonando Casegas - y su deseo fue concedido. Décadas más tarde (en 1960), cambiaron el nombre de la hermosa tierra de minas (wolframio, estaño, cuarzo y apatita) y castaños, hábitat natural de mineros y lobos: Cebola pasó a llamarse São Jorge da Beira, en honor del patrón de la villa. Su capacidad de reinvención continúa hoy en día ante el declive del sector minero y el envejecimiento de la población. La villa, situada al suroeste del municipio de Covilhã, mantiene dinámicas asociaciones culturales, sin olvidar el pasado: uno de los lugares que hay que visitar es la Casa Museológica, que dentro de sus muros de esquisto expone ropas, muebles y utensilios antiguos (incluidos instrumentos musicales, aperos agrícolas y una vasta colección vinculada a la historia de las minas de la región).