Prepara tu cuaderno para una lección de Historia improbable: un paseo por las antiguas calles de Figueiró da Serra es una excusa para hablar de la época prehistórica y romana, de arte (en la Capilla de Santa Eufémia hay dos paneles cuya autoría se atribuye a Nuno Gonçalves, conocido pintor del siglo XV), la religión (antiguamente allí tuvo su sede la Orden de Malta) e incluso la Segunda Guerra Mundial (Hitler suministraba tungsteno para fabricar armas allí mismo, en las antiguas Minas dos Azibrais).

El paso del agua ya no mueve los molinos que, durante décadas, adornaron el paisaje del pueblo, pero todavía tienen mucho que contar. Es desafiar a la población – hoy dedicada a la agricultura, ganadería y construcción civil – a compartir sus recuerdos, u observar atentamente la iglesia, las dos capillas, las alminhas, las fuentes, las ruinas y tanto más que hay para mira, descubre la naturaleza que te rodea… y te irás con un cuaderno completo.