Acerca de
Valezim
El lugar no pasó desapercibido a los moros que atravesaron la montaña en los primeros tiempos de la ocupación de la Península Ibérica. En lo alto de un valle soleado, atravesado por arroyos que llevaban las aguas de las montañas, era el lugar ideal para establecer un nuevo asentamiento. Y, cuenta la leyenda, los moros no lo dudaron: "¡Sí, en este valle!", exclamaron, dando origen al pueblo (y al nombre) de Valezim.
Poco queda de aquellos tiempos -reales o ficticios- en esta aldea del municipio de Seia. Pero la antigüedad de la aldea es evidente para cualquiera que pasee por las calles de Valezim, de empedrado medieval inspirado en el granito. Desde la picota del siglo XVI (edificio de interés público) hasta los diversos templos religiosos (Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, capillas de San Juan y Santo Domingo, Iglesia Matriz del Santísimo Sacramento) hay varios edificios que demuestran los orígenes ancestrales del lugar.
Sin embargo, uno de los lugares más populares es relativamente reciente (principios del siglo XX): el Santuario de Nuestra Señora de la Salud, situado en la colina de Calvário (un mirador con vistas a la sierra de Caramulo). Aquí se celebra en septiembre una de las romerías más importantes de la región de Beiras, que antiguamente se realizaba bailando al son de los instrumentos musicales que traían los fieles. La osadía no gustó a los párrocos de la época, pero el pueblo hizo todo lo posible para preservar la cultura y la tradición. Sí, los valezinenses son gente decidida: se puede comprobar que, gracias a la iniciativa de la población, ésta fue la primera parroquia del municipio de Seia en contar con agua canalizada, electricidad y red de alcantarillado en todo su territorio. En este valle, todo empieza (y acaba) con un sí.